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Ana Cristina Vega

22/10/2018

Música clásica: el dónde sí importa

En un evento de música es fundamental prestar atención a la acústica de la sala donde se realice

    En un concierto de música clásica el objetivo principal es que la interpretación sea de calidad. A la hora de valorar una actuación, el público tiene en cuenta la puesta en escena, la técnica y si la interpretación se adecúa al estilo de la obra. En ocasiones, no se presta suficiente atención al lugar donde se realiza el concierto. Y en la música clásica, el dónde sí importa.
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   Las cualidades acústicas de un auditorio afectan directamente a la calidad del sonido de una interpretación. A diferencia de un concierto de música comercial, en un recital de música clásica no se emplean altavoces. El escenario amplifica el sonido del instrumento o de la voz hacia las butacas y hacia el palco. Debido a esto, el sonido que emite el artista y el que escucha el público no es el mismo. Lo ideal es que el/la instrumentista pueda escuchar su sonido como si fuese parte del público. Sin embargo, sólo los mejores auditorios lo consiguen. 

Diagrama reverberación del sonido

La cantidad de público afecta al sonido de un concierto

    Carlos Maldonado, chelista de la Codarts University for the Arts en Rotterdam, lo explica así: «El público percibe una cosa completamente diferente al artista. Lidiar con eso es complicado porque es muy probable que no oigas lo que estás intentando transmitir». «Simplemente te imaginas que suena de cierta manera a pesar de que realmente no lo percibas», comenta Maldonado.

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En la mayoría de los casos, el intérprete tiene que adecuar su actuación a las características de cada auditorio y a la reverberación que se produce. Para el músico, es fundamental conocer cómo se proyecta el sonido en cada auditorio.

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Auditorio del Palacio Euskalduna

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   La cantidad de público también afecta al sonido de un concierto. Durante un ensayo, los músicos trabajan ante una sala vacía, con mucha más reverberación que durante el concierto. Jorge Rodríguez, Graduado en Física y exestudiante del conservatorio Juan Crisóstomo  de  Arriaga,  explica que un

instrumento suena menos en una sala llena que en una vacía. «El cuerpo humano absorbe mucho el sonido, un gran porcentaje de masa sonora se pierde», añade Rodríguez.

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   Auditorios como el del Palacio Euskalduna en Bilbao consiguen evitar esta diferencia sonora. Junto con el experto en acústica Higini Arau, los arquitectos del auditorio Federico Soriano y Dolores Palacios optaron por incluir en las butacas de la sala unos agujeros. Gracias a ellos, la presencia del público no modifica la reverberación del sonido durante los conciertos.

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Etiquetas:
Acústica, Auditorio, Euskalduna, Música clásica
Redes: 
Arquitectos       Higini Arau
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